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jueves, 28 de enero de 2010

NOTICIA ECONOMICA

La historia del empresario latinoamericano más joven presente en el Foro Económico Mundial de Davos

Se trata del mexicano Alejandro Ramírez, de 39 años y director de Cinepolis. En su primer día en Suiza ha logrado cerrar cinco negocios y se ha sentado a solas con el fundador de Microsoft Bill Gates.
Seleccionado como uno de los miembros del grupo de "Jóvenes Líderes Globales" creado por el Foro Económico Mundial (WEF), Ramírez lleva unos 12 años viajando a Davos y puede considerarse un afortunado: siempre ha sido invitado a Davos y no debe pagar los carísimos costos de ser miembro (unos 40.000 dólares) y de participación en el evento (18.000 USD adicionales).
"Contactos que he hecho aquí me han derivado en unos cinco negocios. Uno fue con uno de los desarrolladores de centros comerciales de Brasil, muy influyente y que no era fácil que le diera entrada a una empresa de cine que no conocía. Lo conocí aquí y ya firmamos tres centros comerciales con él. Entramos en Brasil gracias a esta alianza", cuenta a la AFP este dinámico empresario.

"Es un punto de encuentro donde puedes ver a mucha gente en pocos días. A veces llegas a un país y no es tan fácil que te abran las puertas. Pero aquí te los encuentras en el hall y te ven como un igual. Es fácil hasta platicar con George Soros si te toca en una cena", continúa en una amena charla junto a uno de los bares instalados en el Centro de Congresos donde se realiza el Foro.

Como ejemplo, y justamente antes de empezar la entrevista, Ramírez se cruzó con Michael Porter, un gurú de la estrategia de negocios y profesor de Harvard, y por ello la cita con la AFP se retrasó unos 20 minutos. "Disculpa, disculpa. Fue profesor mío de la escuela de negocios. Nos conocemos hace mucho y siempre me gusta platicar con él", explica casi pidiendo disculpas.

Si Porter puede considerarse un "conocido", Davos permite otro tipo de encuentros, inesperados y sorpresivos, en especial cuando se es joven. "Una vez estaba en una cena hace como ocho años y como llegué tarde, me siento en una mesa solo. Llegan, me dicen '¿está desocupado el lugar?', y digo 'sí, claro'. Me volteo y era Bill Gates. Él también llegó tarde y nos sentamos juntos, no había más que nosotros. Pasamos toda la cena platicando Bill Gates y yo, y yo estaba azorado", cuenta Alejandro con una sonrisa.
Pero no todo es glamour y sorpresa, claro. A Davos se viene a trabajar, y en un día típico en la exclusiva estación de esquí de este de Suiza, Ramírez, que viaja solo, se levanta a las siete y media de la mañana, participa en algún desayuno de trabajo y luego llega al Centro de Congresos para pasar toda la jornada allí.
"Veo qué sesiones hay de paneles de discusión y cátedras para ir en la medida de lo posible a aprender. Luego tengo muchas reuniones bilaterales con académicos, profesores, empresarios", enumera.

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